La Maliciosa es una de las montañas más importantes y con 2.227 metros una de las más altas de la Sierra de Guadarrama. Su perfil rocoso peculiar se reconoce inequívocamente desde una larga distancia. A la cumbre se accede relativamente fácilmente desde la Bola del Mundo, pero en nuestra ruta nos lo hacemos algo más difícil ya que la subimos desde Mataelpino, por lo que debemos cubrir un desnivel de más de 1.100 metros por el hermoso paisaje de la Cuerda de los Porrones.
- Desde donde hemos aparcado el coche (1) andamos hacia la antena de telecomunicaciones que pasamos por la izquierda. Luego directamente atrás del paso canadiense (2) giramos a la derecha.
- Seguimos este camino, cruzamos el Arroyo de la Gargantilla y subimos fuertemente. Arriba llegamos a un plano desde el cual tenemos una buena vista sobre los alrededores. Donde el plano se estrecha, giramos a la izquierda en la bifurcación en “Y” (3). Atravesamos el plano completamente y al final giramos a la izquierda en un sendero (4).
- Ascendemos por una pendiente fuerte, más adelante en paralelo a una alambrada. Donde termina el alambrada el camino se bifurca y giramos a la derecha (5), en una senda señalizada con hitos.
- Seguimos en ascenso, más adelante pasamos por una cerca de alambre y continuamos subiendo por un sendero empinado al Collado Porrón (6).
- En el Collado Porrón giramos a la izquierda y seguimos la señalización de rayas blancas-amarillas y hitos. Por esta senda señalizada que asciende mucho (entre 500 y 600 metros), pero en la que se camina sin complicaciones, llegamos a la cima de la Maliciosa (7).
- De vuelta de la Maliciosa volvemos por el mismo camino hasta el Collado de Las Vacas (8). Cruzamos el collado hasta encontrar a la derecha junto a unos hitos una senda hacia abajo, en la que entramos.
- El camino desciende por una pendiente fuerte por piedras y grava suelta y está bien señalizado con hitos. Descendemos al Arroyo de la Gargantilla (9) que cruzamos y al otro lado giramos a la izquierda en el camino que seguimos más.
- Este camino, que es cada vez más cómodo y más amplio, lo continuamos siguiendo hasta que volvamos al sitio donde habíamos aparcado el coche (1).